Sáb. Ago 2nd, 2025

Crimen organizado en Chile: el capital ilegal que el Estado finge no ver

Jul 13, 2025
Foto Ovejero Noticias

El crimen organizado en Chile generará ingresos cercanos a los 4.000 millones de dólares durante 2025, según un estudio elaborado por la Fiscalía Regional de Antofagasta, con el apoyo del Ministerio Público y la Universidad de Antofagasta. La cifra equivale al 1,5% del Producto Interno Bruto nacional, y deja en evidencia la consolidación de un sistema económico paralelo, pero perfectamente funcional al capitalismo chileno.

El informe revela que los ingresos del crimen organizado provienen principalmente del narcotráfico, el contrabando, la trata de personas, el tráfico de migrantes y la minería ilegal, concentrándose en zonas del norte del país como Antofagasta, Tarapacá y Arica, donde la fragilidad del Estado y la corrupción institucional han facilitado la expansión de estas redes.

Crimen organizado: rostro oscuro del mismo sistema

Aunque el estudio lo presenta como una amenaza externa, el crecimiento del crimen organizado no es una anomalía del capitalismo, sino una de sus formas de existencia bajo condiciones de crisis. En palabras de Marx:

“Donde hay gran acumulación de riqueza, hay también gran acumulación de crimen.”
(El Capital, Tomo I)

El crimen organizado no es anti-capitalista: es capital que opera sin regulación, pero bajo las mismas leyes de acumulación, competencia y explotación. El narcotraficante no es un revolucionario: es un empresario sin Ministerio de Hacienda.

Zonas de sacrificio legal y criminal

El auge del crimen coincide —curiosamente— con las regiones donde el extractivismo legal ha dejado tierra arrasada, pobreza estructural y abandono estatal. Antofagasta, por ejemplo, produce riquezas millonarias para las mineras, pero convive con campamentos sin agua, servicios privatizados y desempleo juvenil. En ese escenario, el narco aparece como patrón alternativo.

El mismo Estado que persigue al narco es el que privatizó la educación, precarizó el trabajo y entregó el litio a consorcios extranjeros. El crimen organizado llena el vacío que deja el capital legal cuando deja de ser rentable.

Economía paralela, capitalismo real

El informe advierte que las organizaciones criminales ya tienen capacidad de corromper policías, financiar campañas políticas, controlar territorios y mover capitales a través del sistema financiero formal. Es decir: se comportan exactamente como las grandes empresas.

¿La diferencia? El narco no paga impuestos. Pero compite en los mismos mercados: consumo, vivienda, seguridad privada, servicios. Su auge no ocurre pese al capitalismo, sino gracias a él. Es la versión no regulada del mismo proceso de acumulación.

El Estado burgués: eficaz para reprimir, ciego para entender

La respuesta estatal, como de costumbre, es más cárcel, más policía, más retórica bélica. Pero ningún informe habla de reparar las condiciones sociales que alimentan estas redes: pobreza, abandono, segregación, pérdida de soberanía y una juventud sin futuro. Porque eso implicaría cuestionar el modelo.

“La miseria produce el crimen, y el crimen produce miseria. Ambos son resultado del modo de producción capitalista.”
(Marx, Manuscritos de 1844)

Conclusión: no hay crimen organizado sin capitalismo desorganizador

El crecimiento del crimen no es un fenómeno exógeno ni “colombianización” importada. Es el resultado de un país donde el capital se ha divorciado del trabajo, donde el Estado sirve al mercado y donde el único horizonte de futuro es sobrevivir —por los medios que haya.

Mientras el crimen organizado genera miles de millones de dólares, el pueblo trabaja por migajas, vive endeudado, y es vigilado por los mismos que custodian los intereses del capital legal.

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