Sáb. Ago 2nd, 2025

3 años de espera en Hospital San José: la salud pública colapsa mientras las clínicas lucran

Jul 18, 2025

Más de 65.000 personas esperan atención médica en el Hospital San José, el principal recinto hospitalario del norte de Santiago. Algunas llevan hasta siete años esperando por una consulta de especialidad, una cifra que no solo estremece por su brutalidad, sino que revela la completa descomposición del modelo de salud pública en Chile.

Mientras eso ocurre, las clínicas privadas siguen recibiendo subsidios estatales, las Isapres exigen reajustes y el discurso oficial sigue hablando de “modernización del sistema” como si el problema fuera un software y no un régimen de salud profundamente clasista, mercantil y excluyente.

¿Por qué hay listas de espera eternas? Porque el mercado necesita enfermos pobres

El Hospital San José no está colapsado por casualidad ni por mala gestión puntual: está diseñado para colapsar. Desde los años 80, el Estado chileno delegó la salud a empresas privadas, mientras la red pública fue progresivamente desfinanciada, precarizada y abandonada.

  • Los hospitales públicos atienden al 80% más pobre del país, pero reciben menos del 50% del presupuesto real.
  • Las listas de espera no son una “falla”: son el filtro que obliga a quien puede, a pagar una consulta privada.
  • La salud se transforma en negocio cuanto más lento es el sistema público.

Esto no es ineficiencia. Es lucrar con el dolor, institucionalmente. Los que esperan son los de siempre: Trabajadores que cotizan en Fonasa; Adultos mayores sin red de apoyo; Niños con necesidades urgentes; Migrantes sin voz; Madres jefas de hogar sin recursos.

Mientras tanto, los grupos económicos y sus partidos políticos se atienden en clínicas privadas con seguros complementarios y bonos con cargo al Estado.

El capital sanitario gana con el sufrimiento

El modelo de salud chileno no solo es injusto: es altamente rentable para un puñado de grandes clínicas, isapres y laboratorios, que controlan tanto la infraestructura como la formación médica, el sistema previsional y las cadenas de farmacias.

Las listas de espera son su mejor publicidad. Porque cuando una consulta en el hospital tarda 3 años, la desesperación lleva a endeudarse con una consulta privada de $40.000. En Chile, enfermarse siendo pobre es una condena sin juicio.

Conclusión: no es falta de recursos, es falta de voluntad política para romper el modelo

El colapso del Hospital San José es un crimen social sostenido en el tiempo. No basta con prometer más camas o actualizar software: se necesita un sistema nacional de salud único, gratuito, universal y desmercantilizado, como el que alguna vez se intentó construir antes del golpe.

La izquierda debe asumir que no habrá justicia social sin abolir el lucro en salud, y que mientras no se nacionalice el sistema sanitario, los enfermos seguirán muriendo en silencio mientras los ricos se atienden en suites privadas.

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