Por Equipo El Despertar
Desde afuera de la embajada, su hija Melany Méndez calificó el caso como “una persecución política” de parte del presidente José Raúl Mulino, y agradeció el respaldo de Bolivia y de la comunidad internacional
El secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS), Saúl Méndez Rodríguez, abandonó este sábado la Embajada de Bolivia en la Ciudad de Panamá luego de que el gobierno boliviano le concediera asilo político, en respuesta a una persecución “ilegal y arbitraria” del Estado panameño Nueva Nación+3TVN Panamá+3Menafn+3.
Méndez ingresó a la sede diplomática boliviana el pasado 21 de mayo, tras escalar el perímetro y solicitar asilo, justo cuando la Fiscalía emitía órdenes de arresto por presuntos delitos como fraude, blanqueo de capitales y asociación ilícita Instagram+15SWI swissinfo.ch+15TVN Panamá+15. Tras recibir un salvoconducto panameño, a mediodía se dirigió al Aeropuerto Internacional de Tocumen para abordar un vuelo con destino a Santa Cruz de la Sierra, escoltado por la Policía Nacional teleSUR+6Telemetro+6La Prensa de Panamá+6.
Desde afuera de la embajada, su hija Melany Méndez calificó el caso como “una persecución política” de parte del presidente José Raúl Mulino, y agradeció el respaldo de Bolivia y de la comunidad internacional Instagram+13teleSUR+13Telemetro+13. SUNTRACS publicó en redes: “No lo callaron. No lo doblegaron. ¡Porque tienes un luchador exiliado, tienes un pueblo con dignidad y resistencia!” Telemetro+15teleSUR+15SWI swissinfo.ch+15.
Las movilizaciones sindicales y estudianiles en Panamá estallaron a raíz de reformas a la Caja de Seguro Social y otras políticas del gobierno de Mulino, y SUNTRACS fue un actor clave en ellas Newsroom Panama+7SWI swissinfo.ch+7Nueva Nación+7. Durante su refugio, la embajada boliviana estuvo fuertemente custodiada por la Policía panameña, lo que suscitó críticas por presencia excesiva fuera de una misión diplomática TVN Panamá+1La Prensa de Panamá+1. Evo Morales apoyó públicamente la petición de asilo, lo que encendió los focos en un proceso cargado de tensiones regionales.
El asilo a Saúl Méndez marca un precedente inédito en Centroamérica: la diplomacia entra en el conflicto social y deja en evidencia los límites jurídicos que los Estados enfrentan cuando la justicia y la represión caminan juntas. Este caso no solo interpela a la legalidad, sino también la legitimidad de un gobierno que enfrenta resistencias crecientes en la calle.