Sáb. Ago 2nd, 2025

Matthei y Kast en guerra fría digital: cuando la burguesía se pelea, no es por principios, es por administración del orden

Jul 30, 2025
Foto Radio Universidad de Chile

La denuncia de que el equipo de Kast habría utilizado redes de bots para desacreditar a Matthei no es un desliz digital. Es parte del arsenal contemporáneo de guerra política capitalista, donde las redes sociales sustituyen a los mítines; los algoritmos reemplazan a la ideología; y la mentira masiva se maquilla de “estrategia comunicacional”.

Por: Equipo El Despertar

En un acto público en Santiago, Evelyn Matthei y José Antonio Kast compartieron escenario por primera vez desde que estallara la polémica por el uso masivo de bots en redes sociales, supuestamente para atacar a la exalcaldesa y favorecer al líder del Partido Republicano.

La escena fue descrita como “tensa”, “gélida” y “protocolar”, con gestos fríos y ningún intercambio verbal entre ambos. Pero lo importante no es si se saludaron o no. Lo importante es lo que representan: dos facciones del mismo bloque dominante que entran en pugna por el control del aparato estatal en un contexto de creciente ilegitimidad social del modelo neoliberal chileno.

La denuncia de que el equipo de Kast habría utilizado redes de bots para desacreditar a Matthei no es un desliz digital. Es parte del arsenal contemporáneo de guerra política capitalista, donde las redes sociales sustituyen a los mítines; los algoritmos reemplazan a la ideología; y la mentira masiva se maquilla de “estrategia comunicacional”.

Mientras millones de trabajadores enfrentan despidos, alzas en el costo de vida y servicios colapsados, la derecha invierte en inteligencia artificial para pelearse entre sí.

¿Democracia? No. Es la disputa por quién gestiona la crisis sin tocar los privilegios.

La distancia entre Matthei y Kast no es solo personal. Es política. Refleja dos estrategias distintas opero para el mismo objetivo: Matthei representa a la derecha neoliberal tradicional (UDI), que busca adaptarse al nuevo ciclo político con discurso de “orden” pero sin romper con la elite concertacionista, Kast en cambio, representa a la ultraderecha neopinochetista, que quiere barrer con todo vestigio de progresismo, reprimir con mano dura y restaurar un orden autoritario con respaldo militar.

Ambos comparten el mismo objetivo: garantizar la reproducción del capital, aplastar al movimiento popular y mantener intacto el modelo extractivista-financiero. Pero difieren en la forma y el tempo de la reacción. Por eso se atacan, porque la crisis de legitimidad del sistema los obliga a competir ferozmente por la jefatura del bloque burgués.

Mientras Matthei y Kast se cruzan miradas heladas y tuitean indirectas, el pueblo trabajador no tiene tiempo para sutilezas: Más de 70.000 estudiantes están sin clases por tomas, falta de calefacción o paros, la deuda por salud y educación se dispara, el desempleo profesional alcanza récords históricos, y la CUT denuncia vulneraciones a derechos laborales en el sector público.

Pero para la elite, todo esto es paisaje secundario. La disputa real es ¿Quién administra la crisis sin tocar el capital?

La pelea entre Matthei y Kast no debe confundirse con una oportunidad automática para las fuerzas populares. Si el campo popular no se organiza, si no construye poder territorial, sindical y político real, la disputa en la derecha solo abrirá espacio para una nueva forma de autoritarismo con rostro renovado.

Como enseñó Lenin: “Las crisis del enemigo solo se vuelven revolucionarias si el pueblo está organizado para intervenir.” Por eso, mientras ellos se tiran bots, nosotros debemos levantar bases para asegurar un triunfo en las proximas elecciones y evitar a toda costa la restauración neoliberal contra lo poco que hemos avanzado.

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