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Línea 9 del Metro: un tren hacia la justicia urbana

Ago 19, 2025
Foto Radio FMDos / Agencia UNO

Más allá del anuncio, lo cierto es que esta línea también simboliza una victoria popular: su trazado fue ampliado y modificado en 2023 para incluir sectores históricamente olvidados, tras fuertes demandas sociales. Hoy, la Línea 9 no solo promete conectar estaciones y comunas, sino también derribar muros de segregación que separaban a los habitantes del sur de los servicios, las oportunidades laborales y la vida cultural del resto de la capital.

Por Equipo El despertar

Con la primera palada de tierra en plena avenida Santa Rosa, el presidente Gabriel Boric inauguró oficialmente las obras de la futura Línea 9 del Metro de Santiago. El proyecto, largamente esperado y varias veces postergado, se presenta como un cambio histórico para millones de habitantes del sur de la capital, especialmente en comunas populares como La Pintana, San Ramón y Puente Alto, que por décadas fueron condenadas al abandono en materia de transporte público.

La nueva línea, de color rosado, recorrerá cerca de 27 kilómetros con 19 estaciones, conectando a Recoleta en el norte con Puente Alto en el sur. Su trazado busca integrar a ocho comunas y otorgar acceso a barrios históricamente marginados, donde los tiempos de traslado son desproporcionados respecto de otras zonas de Santiago. No se trata solo de un avance técnico, sino de una corrección política y social frente a una deuda urbana acumulada por generaciones.

El proyecto está concebido por etapas: el primer tramo, entre Bío Bío y Plaza La Pintana, debería entrar en funcionamiento en 2030; el segundo, hacia el norte, en 2032; y finalmente, el tramo hasta Puente Alto, en 2033. Aunque el calendario es largo y dependerá de la voluntad política de futuros gobiernos, la sola puesta en marcha de las obras representa un triunfo para las comunidades que por años exigieron igualdad en el derecho a la ciudad.

Más allá del anuncio, lo cierto es que esta línea también simboliza una victoria popular: su trazado fue ampliado y modificado en 2023 para incluir sectores históricamente olvidados, tras fuertes demandas sociales. Hoy, la Línea 9 no solo promete conectar estaciones y comunas, sino también derribar muros de segregación que separaban a los habitantes del sur de los servicios, las oportunidades laborales y la vida cultural del resto de la capital.

En definitiva, la Línea 9 no es únicamente un proyecto de transporte: es un tren cargado de memoria y justicia urbana. Representa la posibilidad de que el Metro deje de ser un privilegio para unos y se convierta en un verdadero derecho para todos. La gran tarea pendiente será asegurar que no se quede en una promesa parcial o en un negocio inmobiliario, sino que cumpla su objetivo principal: garantizar a los sectores más golpeados por la desigualdad la dignidad de moverse por su propia ciudad en condiciones de igualdad.

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