Sáb. Sep 13th, 2025

Construcción exprés en Laguna Carén: edificio de seis pisos en un día abre debate sobre el futuro laboral en el rubro

Sep 8, 2025
Foto Diario Sustentable

En la Laguna Carén, comuna de Pudahuel, un edificio de seis pisos se levantó en apenas 24 horas gracias al ensamblaje de 18 módulos prefabricados de hormigón. La obra, parte del Proyecto Momentum impulsado por la Universidad de Chile y la empresa E2E, se presenta como un hito para la industria: reducir plazos de construcción de meses a un solo día y con la promesa de disminuir costos y huella ambiental.

Cada módulo llegó al lugar con ventanas, cañerías e instalaciones ya integradas, lo que permitió que el montaje se realizara con grúas y equipos especializados en un proceso de alta precisión. El edificio, según sus responsables, tendrá el mismo comportamiento estructural que una obra tradicional. Se trata de un avance que podría aplicarse en áreas críticas como vivienda social, residencias estudiantiles u hospitales, donde la rapidez es fundamental.

Sin embargo, este tipo de innovación también abre preguntas en torno al mundo del trabajo en la construcción. Al trasladar gran parte del proceso productivo a plantas industriales, disminuyen los oficios asociados a la obra gruesa, la terminación manual y el trabajo en terreno. Para los sindicatos del rubro, la preocupación está en que la promesa de eficiencia se traduzca en menor demanda de mano de obra y más empleo precarizado, con personal contratado por faenas breves o externalizado en talleres.

Otro desafío será la capacitación laboral. La construcción modular requiere técnicos en montaje, operadores de grúas y especialistas en prefabricación industrial. Esto plantea una reconversión para miles de trabajadores que hoy dependen de oficios tradicionales como la albañilería, la carpintería o la pintura, muchos de los cuales podrían quedar marginados si no hay planes claros de formación y adaptación.

El edificio de Carén marca un antes y un después en la manera de pensar la construcción en Chile. Pero, junto con celebrar el avance tecnológico, el país deberá discutir cómo garantizar que la modernización no signifique exclusión laboral, sino que una transición justa, donde los beneficios de la innovación lleguen tanto a las comunidades que necesitan soluciones rápidas de vivienda e infraestructura como a las y los trabajadores que han sostenido históricamente la industria.

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