Dom. Sep 28th, 2025

Cartel de la centolla: interceptaciones revelan un oligopsonio que exprimió a los artesanales por casi una década

Sep 24, 2025
Foto Emol

El caso enseña, otra vez, que la “mano invisible del mercado” tiene grupo de WhatsApp. Marx lo formuló con precisión clínica: “la acumulación de riqueza en un polo es, al mismo tiempo, acumulación de miseria en el polo opuesto” (El Capital, t. I, Obras Escogidas, Progreso, 1980). La renta extraordinaria de la cadena no se “creó” en la planta: se extrajo en el muelle, manteniendo los precios de compra artificialmente bajos. David Harvey llamaría a esto acumulación por desposesión: apropiación de valor mediante arreglos institucionales y prácticas concertadas, no por milagros de productividad.

Por Equipo El Despertar

A las farmacias de cadena, a los supermercados, a los del papel confort, y a tantos otros hoy se le suma otro actor relevante, y esta vez como siempre, la victima es el pueblo llano que produce con su fuerza de trabajo, la riqueza, o como diría Kast, el ciudadano de a pie.

Una llamada telefónica del 12 de noviembre de 2021 destapó lo que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) describe como coordinación entre procesadoras para fijar el precio de compra de la centolla a los pescadores artesanales en Magallanes. En el registro, revelado por El Mercurio y difundido por Emol, ejecutivos de Bahía Chilota y Proyecta Corp comparan valores por plaza (“Natales 13 lucas; Punta Arenas 13,6–13,8…”, “yo estoy en 14 hoy día…”) y chequean con terceros “en cuánto andan”. No es folclor de muelle: es acuerdo entre competidores para sostener un precio bajo a quienes extraen el recurso.

Según la FNE, el esquema operó de forma “única y continua” entre 2012 y 2021, temporada tras temporada (julio–noviembre), con reuniones presenciales, llamadas y WhatsApp. Siete compañías, ELDAP, International Seafood, Cabo Froward, PMPW, Proyecta, Bahía Chilota y Bakkavör, y ocho ejecutivos están acusados. Juntas concentraron entre 81% y 88% de las compras de centolla viva (2017–2021). La delación compensada de Bakkavör y dos de sus ejecutivos (agosto de 2020) permitió armar el caso; por colaborar, quedaron exentos de multa y responsabilidad penal. La FNE pide sanciones por $51.870 millones a las seis restantes y $424 millones a los ejecutivos (fuente: Emol).

El intercambio interceptado es explícito. “Por Natales he pagado 13 lucas, por Punta Arenas 13.6, 13.8… me preocupa la semana siguiente…”, dice un ejecutivo; “yo estoy en 14 hoy día… hablé con [otra firma] ‘estamos en 13’…”, responde el otro. Comparan, alinean, contienen. La “libre competencia” brilla por su ausencia: esto es oligopsonio (pocos compradores coordinados frente a muchos vendedores atomizados). Lenin, en su libro “El Imperialismo, fase superior del Capitalismo”, lo escribió sin rodeos: “la libre competencia engendra el monopolio” y aquí, el resultado es un monopolio de compradores que traslada renta desde el mar a la oficina.

La indignación en Magallanes no es retórica. El diputado Christian Matheson habló de “una década” de coordinación en perjuicio de los artesanales; Carlos y Karin Bianchi, todos defensores acérrimos del capital y del sacro santo mercado, denunciaron utilidades millonarias y uso oportunista de beneficios tributarios. Desde el gobierno, el subsecretario de Pesca, Julio Salas, cifró el alcance social: 857 embarcaciones inscritas, unas 400 activas por temporada, 4–5 tripulantes por nave: al menos 2.000 familias afectadas cada año (fuente: Emol). Detrás de cada “lucas” pactada abajo hay arriendos, deudas y comida que faltaron en casa.

El caso enseña, otra vez, que la “mano invisible del mercado” tiene grupo de WhatsApp. Marx lo formuló con precisión clínica: “la acumulación de riqueza en un polo es, al mismo tiempo, acumulación de miseria en el polo opuesto” (El Capital, t. I, Obras Escogidas, Progreso, 1980). La renta extraordinaria de la cadena no se “creó” en la planta: se extrajo en el muelle, manteniendo los precios de compra artificialmente bajos. David Harvey llamaría a esto acumulación por desposesión: apropiación de valor mediante arreglos institucionales y prácticas concertadas, no por milagros de productividad.

¿Alcanzan las multas? Rara vez. Sin decomiso de ganancias ilícitas, inhabilitación personal efectiva, responsabilidad penal reforzada y reparación directa a los artesanales, las sanciones son costos hundidos de un negocio lucrativo. La delación compensada, útil para probar, no puede convertirse en boleta de impunidad. Y del lado de los productores, se requiere poder de negociación: pisos de precio vinculados a costos reales, comprador público/cooperativo de última instancia, y planta cooperativa que capture valor local cuando el cartel apriete.

Esta no es una anécdota sureña: es el manual de los mercados primarios en economías concentradas. Si se tolera que quienes concentran el 80%–90% de la demanda “conversen” cada temporada el precio inicial y sus ajustes, la “libre competencia” es un eslogan publicitario. Samir Amin lo advertía: la forma oligopólica del capitalismo contemporáneo generaliza estos arreglos si no hay contrapoder social y regulatorio. La centolla hoy resume un patrón que mañana se repite en la leche, la madera o el transporte.

En síntesis: las interceptaciones no solo prueban una colusión; radiografían una relación de fuerza. O el Estado y las organizaciones de base rompen el oligopsonio —con reglas, sanciones y capacidad pública de comprar/procesar—, o las “lucas” volverán a decidirse entre ejecutivos mientras el mar se cobra, otra vez, su precio en la mesa de los artesanales.

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