Dom. Ago 3rd, 2025

Vuelve Jorge González: el cantor insurrecto rompe el silencio con nuevas canciones tras siete años de silencio.

Jul 17, 2025
Foto Variety

El regreso de Jorge González, una de las voces más lúcidas y mordaces que ha dado la música popular chilena, no es solo un hito cultural: es un recordatorio de que el arte con conciencia política aún respira, incluso en medio del cinismo de la industria.

Este jueves, González estrenó tres nuevas canciones en plataformas digitales, marcando su primer lanzamiento oficial desde 2018. Según confirmó su entorno, el material fue compuesto durante los últimos años en su estudio personal, con producción minimalista y letras que —como siempre— miran con desdén la estupidez de los poderosos y la resignación del pueblo.

Tras sufrir un ACV en 2015 que afectó su movilidad y habla, muchos pensaron que el autor de “El baile de los que sobran” y “Por qué no se van”, entre optras cientos de canciones que marcaron a generaciones, se retiraría para siempre. Pero González, como buen inadaptado de esta república neoliberal, no se rindió.

Su nueva obra no busca agradar ni adaptarse al mercado. En lugar de eso, ofrece melodías crudas, con letras directas, introspectivas y críticas: “No me callé / solo esperé el silencio de ustedes”, canta en una de las composiciones difundidas esta semana. No hay fuegos artificiales. Hay memoria, reflexión y todavía, una rabia elegante.

A diferencia de otras figuras convertidas en íconos de museo, Jorge González no ha sido cooptado por el espectáculo ni domesticado por los medios. Sigue siendo incómodo, aunque ya no grite con la voz de los 20. Sus canciones, como siempre, hablan por los que sobran, por los que aún no tienen lugar en esta democracia de cartón.

En un país donde la cultura es arrinconada por el mercado, donde los festivales masivos apuestan por el algoritmo y no por el contenido, el regreso de González es un acto político en sí mismo: un sobreviviente que no pide permiso ni perdón.

Las nuevas canciones —difundidas a través de YouTube y Bandcamp— mezclan teclados, cajas de ritmo sencillas y guitarras con cierto aire lo-fi. Pero lo esencial es lo que se dice: críticas veladas a la clase política, autocrítica generacional y desencanto sin derrota.

No se trata de hits radiales, sino de canciones para quien aún quiere pensar, sentir y luchar. A sus 59 años, González no necesita homenajes. Ya lo dijo en una entrevista pre-accidente:

“No soy símbolo de nada. Solo hago canciones porque no puedo callarme.”

Su obra sigue interpelando a quienes quieren transformar este país desde abajo. Su regreso, aunque modesto en forma, es un grito de vida desde un cuerpo herido, pero no vencido.

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