Chile dominó el segundo tiempo con mayor posesión y liderado por figuras como Karen Araya, pero la falta de contundencia ofensiva y la pérdida anímica tras la eliminación previa frente a Uruguay pasaron factura. Esta derrota trasciende lo deportivo pues Chile no fue solo un conjunto sin gol, fue un reflejo de la falta de inversión sostenida en fútbol femenino, de planificación deficiente y de ausencia de políticas de largo plazo.
Por Equipo El Despertar
En un partido cargado de tensión y expectativas, la selección chilena femenina sufrió una dolorosa derrota por 1‑0 ante Paraguay en los últimos segundos, sellando su sexto puesto final en la Copa América Femenina 2025. La caída al filo del minuto 92 dejó a La Roja sin clasificación para los Juegos Panamericanos de Lima 2027 y sin presencia en el título continental.
El compromiso por el quinto puesto, que parecía destinado a irse a los penales, terminó con el golazo agónico de Camila Arrieta de zurda, tras un rebote y la complicidad del travesaño, que venció a la arquera Antonia Canales.
Chile dominó el segundo tiempo con mayor posesión y liderado por figuras como Karen Araya, pero la falta de contundencia ofensiva y la pérdida anímica tras la eliminación previa frente a Uruguay pasaron factura. Esta derrota trasciende lo deportivo pues Chile no fue solo un conjunto sin gol, fue un reflejo de la falta de inversión sostenida en fútbol femenino, de planificación deficiente y de ausencia de políticas de largo plazo.
El modelo federativo que se construyó en torno a figuras como Christiane Endler quedó debilitado tras su salida. El actual cuerpo técnico, liderado por Luis Mena, aparece sin respaldo estratégico ni base de desarrollo para un recambio ordenado. La falta de resultados obtenido demarca un fracaso colectivo del proyecto federal que prometía continuidad y acceso a torneos grandes. Las primeras eliminaciones y la derrota final siguen una lógica de improvisación sin sustentabilidad.
La portera Antonia Canales, visiblemente afectada, resumió el sentir del equipo: “Estoy cansada de aprender”. La frase muestra una autoevaluación activa, pero también alerta sobre la urgencia de cambiar métodos. Por su parte, el DT Luis Mena descartó renuncia inmediata y reafirmó que “tiene ganas de seguir”, pero reconoció que el proceso requerirá “crecer con tranquilidad”, reconociendo la presencia de jugadoras jóvenes como su mayor patrimonio