Lo que se oculta en este fuego cruzado es una verdad incómoda: el Partido Comunista defiende la superación del modelo neoliberal, mientras sectores del oficialismo insisten en preservar las ortodoxias económicas de la transición. Para esos grupos, que Carmona cuestione a Marcel es un sacrilegio; para los comunistas, es simplemente ejercer su derecho histórico a no convertirse en furgón de cola del gran capital.
Por Equipo El Despertar
El presidente del Partido Comunista (PC), Lautaro Carmona, negó categóricamente haber afectado la candidatura presidencial de Jeannette Jara, en medio de la polémica instalada tras sus críticas a la gestión de Mario Marcel en Hacienda. Desde el Socialismo Democrático se le acusó de “torpedear” la campaña, pero Carmona fue claro: “No la he perjudicado en absoluto, me la he jugado por entero. El lugar que tiene la campaña es cumpliendo lo que el partido acordó”.
El dirigente explicó que el PC dio autonomía a Jara en el despliegue de su candidatura y que por eso no polemizará con ella. “Todo comentario, opinión o posición que exprese la candidata no va a sacar comentarios de mi parte”, recalcó. La ofensiva en su contra, según Carmona, responde a un intento de silenciar la línea política comunista dentro de la coalición: “Represento a una organización política que tiene un punto, una mirada, como otros también la tienen. Y cuando otros la expresan, yo no las comparto, pero respeto su mirada. Lo mismo pedimos para nosotros”.
Lo que se oculta en este fuego cruzado es una verdad incómoda: el Partido Comunista defiende la superación del modelo neoliberal, mientras sectores del oficialismo insisten en preservar las ortodoxias económicas de la transición. Para esos grupos, que Carmona cuestione a Marcel es un sacrilegio; para los comunistas, es simplemente ejercer su derecho histórico a no convertirse en furgón de cola del gran capital.
Además, Carmona reforzó la idea de que el PC está concentrado en la batalla de noviembre: “Me concentra trabajar por formar partido, que ese partido tenga ideas, que ese partido construya unidad y sea clave en la batalla electoral”. Una advertencia clara de que la candidatura de Jara no puede pretender existir despojada de la identidad de quienes la sostienen en las calles y en las urnas.
Consultado sobre la candidatura parlamentaria de Daniel Jadue, el timonel fue enfático: “Voy a vivir hasta el último segundo y hasta el último recurso desde el punto de vista jurídico para defender esa candidatura”. El mensaje es nítido: el PC no abandona a los suyos, ni deja que la persecución política o mediática defina el mapa electoral.
En resumen, mientras desde el Socialismo Democrático hablan de “daños” a la campaña, Carmona devuelve la pelota: el problema no es el PC, el problema es que en la política chilena aún se pretende callar a quienes cuestionan la desigualdad estructural. Lo que molesta no son las palabras de Carmona, sino que el comunismo siga insistiendo en decir lo que muchos prefieren callar.