En su mensaje, Waters fue categórico: el verdadero objetivo de esta ofensiva no es otro que robar el petróleo y los recursos estratégicos de Venezuela, al tiempo que buscan derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro y aplastar el proceso bolivariano. Se trata, como él lo definió, de una táctica imperialista clásica: intimidar a los pueblos, sembrar terror y fabricar excusas para intervenir.
Por Equipo El Despertar
El despliegue militar estadounidense en el Caribe, con aviones de guerra, buques y hasta submarinos nucleares frente a las costas venezolanas, no es —como intenta presentar Washington— un operativo contra el narcotráfico. Lo denunció con claridad Roger Waters, músico británico y activista comprometido con las causas justas, quien acusó al gobierno de EE.UU. de estar librando una verdadera “guerra psicológica contra el pueblo venezolano”.
Waters desmontó la narrativa de la administración Trump —hoy continuada con fervor por Marco Rubio y la ultraderecha estadounidense— sobre el llamado “Cartel de los Soles”. El artista recordó que no existe evidencia alguna que respalde esas acusaciones, y que incluso el propio presidente colombiano Gustavo Petro ha desmentido su existencia, calificándola de invención política para justificar agresiones. Como en Irak con las supuestas “armas de destrucción masiva”, el imperialismo recurre a la mentira como herramienta de dominación.
En su mensaje, Waters fue categórico: el verdadero objetivo de esta ofensiva no es otro que robar el petróleo y los recursos estratégicos de Venezuela, al tiempo que buscan derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro y aplastar el proceso bolivariano. Se trata, como él lo definió, de una táctica imperialista clásica: intimidar a los pueblos, sembrar terror y fabricar excusas para intervenir.
Pero el músico británico no se limitó a denunciar, sino que expresó un respaldo firme al pueblo venezolano: “Están en el lado correcto de la historia. Nosotros, gente común de todo el mundo, estamos parados con ustedes, hombro con hombro”. Estas palabras son un recordatorio de que la solidaridad internacionalista no conoce fronteras y que la lucha de Venezuela por su soberanía es también la lucha de todos los pueblos contra la hegemonía imperial.
Lo que EE.UU. pretende con buques de guerra y submarinos nucleares es quebrar la moral de un pueblo que ya ha resistido sanciones, bloqueos, intentos de golpe y campañas de odio mediático. Sin embargo, como demuestra la reacción venezolana y las voces de apoyo que se multiplican en todo el mundo, esa ofensiva solo fortalece la convicción de seguir defendiendo la Revolución Bolivariana.
Hoy, como ayer, Simón Bolívar y Hugo Chávez siguen presentes en esta batalla. Y como lo señaló Waters, no se trata solo de Venezuela: se trata del derecho de todos los pueblos a decidir su destino sin el chantaje ni la violencia del imperio.