El dirigente fue más allá y apuntó directamente a las candidaturas de la ultraderecha: “Kaiser y Kast ya anunciaron que cerrarán ministerios y destruirán empleo público. No hay que olvidar que Piñera despidió a once mil trabajadores. La receta es siempre la misma: achicar al Estado, precarizar el trabajo y transferir recursos al sector privado”. En ese sentido, advirtió que el discurso de “eficiencia” es en realidad una ofensiva para debilitar al aparato público y golpear derechos conquistados por décadas de lucha.
Por Equipo El Despertar
En un banderazo frente a La Moneda, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) alzó la voz contra el proyecto de ley de licencias médicas y, más allá de la coyuntura, contra la camisa de fuerza de la “responsabilidad fiscal”. Eric Campos, secretario general de la CUT y miembro de la comisión política del Partido Comunista, fue categórico: la regla fiscal, defendida tanto por la derecha como por sectores de la izquierda, se ha transformado en un dogma que impide al Estado cumplir con sus deberes básicos.
“Hoy tenemos más de seis servicios de salud que no tienen dinero para llegar a fin de año, sin recursos para insumos ni para pagar salarios. Esa es la consecuencia directa de la regla fiscal y del ajuste permanente al que se somete al Estado”, denunció Campos, desmontando el mito de que la austeridad garantiza estabilidad. En los hechos, la estabilidad que protege es la de los grandes capitales, mientras los hospitales públicos se desangran.
El dirigente fue más allá y apuntó directamente a las candidaturas de la ultraderecha: “Kaiser y Kast ya anunciaron que cerrarán ministerios y destruirán empleo público. No hay que olvidar que Piñera despidió a once mil trabajadores. La receta es siempre la misma: achicar al Estado, precarizar el trabajo y transferir recursos al sector privado”. En ese sentido, advirtió que el discurso de “eficiencia” es en realidad una ofensiva para debilitar al aparato público y golpear derechos conquistados por décadas de lucha.
Frente a este escenario, la CUT sostuvo que no firmará ningún protocolo ni aceptará leyes que impliquen retrocesos en los derechos laborales: “Nuestra labor, con diversidad pero con unidad, es defender a los trabajadores y trabajadoras que hoy ven amenazadas sus condiciones”. Este posicionamiento deja claro que el movimiento sindical no se dejará arrastrar por el chantaje del “realismo fiscal” que solo asegura privilegios a una élite.
El debate abierto por las críticas del PC a la política fiscal de Mario Marcel y al conservadurismo del Ministerio de Hacienda encuentra aquí un nuevo capítulo. No se trata de tecnicismos presupuestarios, sino de una disputa política de fondo: o se gobierna para cumplir con las necesidades de las mayorías trabajadoras, expandiendo el rol del Estado, o se continúa protegiendo el orden neoliberal con el pretexto de la disciplina fiscal.