En Chile sabemos lo que significa callar frente a los crímenes de Estado: significa permitirlos. Gaza hoy es arrasada por bombardeos, hambre y bloqueo. ¿Qué diferencia hay con los peores crímenes de la historia si se extermina a un pueblo entero bajo la excusa de “defensa legítima”?
Por Editor El Despertar
Evelyn Matthei se ha mostrado incapaz de llamar las cosas por su nombre: lo que ocurre en Gaza no es “una ofensiva desproporcionada”, es un genocidio. Negarlo no es un error semántico: es una decisión política que la ubica del lado del agresor y no de las víctimas.
Matthei incluso se opone a que Chile respalde la denuncia contra Netanyahu en los tribunales internacionales. Es decir: ni reconoce el genocidio, ni quiere que se sancione. Ese doble silencio no es neutralidad, es complicidad.
En Chile sabemos lo que significa callar frente a los crímenes de Estado: significa permitirlos. Gaza hoy es arrasada por bombardeos, hambre y bloqueo. ¿Qué diferencia hay con los peores crímenes de la historia si se extermina a un pueblo entero bajo la excusa de “defensa legítima”?
Los trabajadores, las organizaciones sociales y el pueblo digno de Chile no pueden aceptar esa postura. Nuestra historia nos obliga a estar del lado de los condenados de la tierra, no de los verdugos. Negar el genocidio es sostenerlo.