Mié. Nov 12th, 2025

Semana negra del empleo: ‘necesidades de la empresa’ y dos mil despidos en nombre de la eficiencia

Oct 2, 2025

El patrón es conocido. Marx lo explicó con crueldad clínica: el capital mantiene un “ejército industrial de reserva” para disciplinar salarios y condiciones; la causal 161 es el gatillo jurídico local. “La acumulación de riqueza en un polo es, al mismo tiempo, acumulación de miseria en el polo opuesto” (El Capital, t. I, Ed. Progreso, 1980). Llaman “transformación” a lo que, en castellano llano, es traspasar el ajuste a quienes viven de su salario mientras las utilidades se ajustan, pero al alza.

Por Equipo El Despertar

Casi dos mil despidos en una semana. Ese es el saldo que dejan los anuncios de Correos de Chile, Cencosud, Socovesa y Parque Arauco, todos envueltos en el mismo eufemismo: “reestructuración”, “eficiencia”, “transformación”. El dato duro: según la Federación de Trabajadores, Correos inició la salida de 600 personas (15% de su dotación); Cencosud sindicatos hablan de ~1.000 desvinculaciones en Jumbo, Santa Isabel, Easy y Paris; Socovesa notificó 150 recortes vía hecho esencial; Parque Arauco se desprendió de ~60 (10% de su planta regional).

El caso Correos encendió la alerta sindical y llegó a mesa con el ministro del Trabajo: la estatal acumula pérdidas por $692.235 millones en el primer semestre y usa ese resultado rojo para justificar el ajuste. “Es una barbaridad… Correos es una empresa estratégica”, dijo el presidente de la Federación, Juan Riquelme. La CUT pidió mesas tripartitas y revisión caso a caso. Mientras tanto, la “estrategia” de equilibrar caja se hace a costa de la clase trabajadora.

En Cencosud, la Coordinadora sindical denuncia una “ola masiva” con abuso del artículo 161 (“necesidades de la empresa”): “fraude laboral frente a utilidades multimillonarias”, acusan. La compañía responde con manual corporativo: “criterios objetivos, cuidado en cada etapa… transformación necesaria para la sostenibilidad”, y agrega que también “incorpora nuevos talentos”. Traducción: rotación para apretar costos, maquillar productividad y disciplinar plantillas.

Socovesa envió a la CMF su reordenamiento: integrar Socovesa Sur a la estructura definida en 2024 “implicará ajustes” por 150 trabajadores. Afirma que el impacto no será “material” este año, pero en régimen calcula un ahorro anual de ~UF 170.000 en administración y ventas. “Estructura más liviana y flexible” es la forma elegante de decir menos personas haciendo más.

Parque Arauco “culminó una reorganización” en septiembre y despidió 10% de su dotación, al tiempo que exhibe expansión (Open Kennedy en Chile, Minka en Perú). La paradoja es transparente: crecer comprando activos mientras se achica la nómina. El mensaje a los equipos de marketing, una de las gerencias afectadas, es pedagógico: la “década de oportunidades” empieza con el sobre.

El patrón es conocido. Marx lo explicó con crueldad clínica: el capital mantiene un “ejército industrial de reserva” para disciplinar salarios y condiciones; la causal 161 es el gatillo jurídico local. “La acumulación de riqueza en un polo es, al mismo tiempo, acumulación de miseria en el polo opuesto” (El Capital, t. I, Ed. Progreso, 1980). Llaman “transformación” a lo que, en castellano llano, es traspasar el ajuste a quienes viven de su salario mientras las utilidades se ajustan, pero al alza.

Que una estatal como Correos se “ordene” expulsando 15% de su gente confirma que no es un problema “de mercado” sino de modelo: gestionamos empresas, públicas y privadas, con la misma lógica de socializar pérdidas y privatizar eficiencias. Mientras, el retail “libera” gente en sectores con ventas positivas y la inmobiliaria cuadra su rentabilidad en UF recortando rostros. Gramsci lo llamaría hegemonía del gerencialismo: se hace pasar necesidad privada por interés general.

Si esto fuera serio, habría contrapesos. En lo inmediato: (1) Procedimiento de despido colectivo obligatorio (al estilo europeo) con plan social negociado, recolocaciones y coste compartido; (2) Prohibición de despidos masivos cuando hay utilidades o repartos de dividendos, o bien un impuesto al despido que financie seguro y reconversión; (3) Condicionar subsidios, concesiones y contratos públicos a cláusulas de empleo; (4) Trabajo compartido, reducción de jornada con salario protegido, antes que echar; (5) Negociación colectiva multinivel para que sindicatos tengan poder real en reestructuraciones. Si no se cambian las reglas, la “semana negra” será solo el prólogo de periodos cada vez mas duros.

Rosa Luxemburg lo dejó en binario: “reforma o barbarie”. Aquí, reformar es poner vida y trabajo por encima del Excel; barbarie es seguir aplaudiendo la “transformación” mientras caen mil familias a la vez. Que cada lector elija de qué lado de la mesa está cuando alguien dice: “necesidades de la empresa”.

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