El mapa que queda es nítido: Amanecer llega arriba en la mesa y NAU arriba en la Consejería, anticipo de un gobierno estudiantil con correlación de fuerzas repartida. Para la derecha universitaria, el golpe es doble: MG, fundado por el ideólogo de la dictadura, y Solidaridad no logran disputar el balotaje en una universidad que históricamente administró su influencia cultural. Gramsci lo habría leído como un movimiento en la “guerra de posiciones” al interior del aparato cultural.
Por Equipo El Desértar
La Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) tendrá segunda vuelta solo entre listas de izquierda. La derecha quedó fuera del balotaje y el 21–22 de octubre se decidirá entre Amanecer, coalición del Frente Amplio, Surgencia, la Brigada Universitaria Socialista y las JJ.CC., y la Nueva Acción Universitaria (NAU), histórica centroizquierda del plantel. En una casa de estudios que fue semillero del Movimiento Gremial de Jaime Guzmán, el dato es político: la hegemonía gremialista no alcanza a la segunda vuelta.
Con 12.182 votos válidos, el Tricel informó que Amanecer se impuso en la presidencial con 29,25% (3.428), seguido por NAU con 24,9% (2.918). La derecha quedó tercera y cuarta: Movimiento Gremial (MG) con 20,54% (2.407) y Solidaridad con 19,26% (2.257). En la Consejería Superior, que suele ser el contrapeso de la mesa, el primer lugar lo obtuvo NAU con 29,46% (3.330), y Amanecer quedó a tiro con 29,02% (3.280); luego Solidaridad 23,22% (2.624) y MG 18,30% (2.069).
El mapa que queda es nítido: Amanecer llega arriba en la mesa y NAU arriba en la Consejería, anticipo de un gobierno estudiantil con correlación de fuerzas repartida. Para la derecha universitaria, el golpe es doble: MG, fundado por el ideólogo de la dictadura, y Solidaridad no logran disputar el balotaje en una universidad que históricamente administró su influencia cultural. Gramsci lo habría leído como un movimiento en la “guerra de posiciones” al interior del aparato cultural.
Más allá de la aritmética, lo que se disputa son modelos de universidad y país. NAU representa la gestión gradualista que ha conducido la FEUC la mayor parte de los últimos 15 años; Amanecer expresa la coalición de fuerzas que empuja reformas más nítidas en derechos estudiantiles y democratización. En la práctica cotidiana, se traduce en bienestar, políticas de cuidados, financiamiento, prácticas y empleabilidad, defensa de libertades y derechos humanos frente al clima autoritario. La pregunta no es si habrá “centro” o “izquierda”, sino qué izquierda y con qué prioridades.
Que la UC, universidad que volvió a liderar el ranking latinoamericano QS, tenga una FEUC definida entre polos a la izquierda muestra que incluso en los aparatos ideológicos (Althusser dixit) se mueven las placas. No es un plebiscito nacional, pero sí un termómetro generacional: la agenda de derechos sociales, feminismo y democratización mantiene tracción entre estudiantes, incluso allí donde la derecha cultural fue dominante.
El balotaje se resolverá en dos semanas y la llave estará en la participación: NAU y Amanecer deberán ensanchar su base más allá del voto duro. NAU intentará fidelizar el voto que lideró en la Consejería; Amanecer buscará transformar su primera mayoría en la presidencia en mayoría efectiva en urnas. MG y Solidaridad quedan como árbitros involuntarios: sus electores decidirán si abstenerse, cruzar o anular.
La FEUC no es un cargo menor: define la voz política del estudiantado UC, su relación con rectoría y su articulación con el resto del movimiento estudiantil. Lo que se juegue en Sotomayor 330 repercute fuera del campus. Como recordaba Rosa Luxemburg, “la libertad es siempre la libertad de quien piensa distinto”: la segunda vuelta dirá si esa libertad se traduce en una mesa que ensanche derechos o en una que los administre sin morder.