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Erdoğan proclama victoria ante el PKK y anuncia “una nueva página” en la historia de Türkiye

Jul 16, 2025

El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan declaró este martes que “una nueva página de la historia se ha abierto” para Türkiye, tras anunciar la supuesta rendición del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización armada kurda con más de cuatro décadas de lucha contra el Estado turco.

El mandatario señaló que “la lucha de Türkiye contra el terrorismo ha concluido con éxito”, y atribuyó el desenlace al “heroísmo de las fuerzas armadas, la voluntad del pueblo turco y la firmeza del Estado en defensa de la unidad nacional”. Según sus palabras, la desmovilización del PKK marca el fin de una era de conflicto interno.

Sin embargo, medios independientes, líderes kurdos y analistas regionales ponen en duda tanto el alcance como el carácter de la supuesta rendición, señalando que se trataría de una operación política y comunicacional del régimen turco, más que de una resolución estructural del histórico conflicto kurdo.

¿Fin de un conflicto o nueva fase de represión?

El conflicto entre el PKK y el Estado turco ha dejado más de 40.000 muertos desde 1984, y se desarrolla en el contexto de una larga historia de represión étnica, negación de derechos culturales y territoriales contra el pueblo kurdo, la mayor nación sin Estado en Medio Oriente.

Organizaciones de derechos humanos han denunciado que, en las últimas décadas, las políticas de Ankara han incluido desplazamientos forzados, bombardeos a zonas kurdas en Irak y Siria, encarcelamientos masivos de líderes políticos, periodistas y activistas.

Desde el movimiento kurdo, no ha habido confirmación oficial de una rendición, y sectores políticos vinculados a la causa kurda sostienen que lo ocurrido no es una capitulación, sino una reconfiguración de la estrategia de lucha, que incluye formas autónomas de organización política, autogestión comunal y participación democrática.

Erdoğan: victoria política interna en clave autoritaria

El anuncio se da en un contexto clave para Erdoğan, quien enfrenta una creciente presión económica, protestas sociales y críticas por su política autoritaria. En ese marco, la supuesta derrota del PKK sirve como triunfo simbólico que refuerza su narrativa nacionalista y concentra apoyos del electorado conservador.

“El mensaje de Erdoğan es claro: quien desafíe la unidad del Estado será derrotado. Pero lo que se esconde detrás es una ofensiva para consolidar el control absoluto del poder bajo un régimen presidencialista sin contrapesos”, señala el analista Hasan Cakır, desde Estambul.

Implicancias regionales: ¿se debilita el proyecto de autonomía kurda?

Más allá de Türkiye, la lucha kurda tiene fuertes ramificaciones en Irak, Siria e Irán, donde comunidades kurdas han construido modelos alternativos de autogobierno, como el Confederalismo Democrático promovido por Abdullah Öcalan, líder histórico del PKK hoy preso en la isla turca de Imrali.

En el norte de Siria (Rojava), por ejemplo, se han establecido estructuras de autonomía popular y feminista que han sido elogiadas por sectores de la izquierda internacional. La ofensiva militar turca contra estas zonas ha sido constante, con el aval tácito de potencias como EE.UU. y la OTAN.

Reacciones: entre el escepticismo y la resistencia

Desde movimientos kurdos en el exilio y organizaciones de solidaridad internacional, la reacción al discurso de Erdoğan ha sido de escepticismo. Grupos como Kongra Star (movimiento de mujeres kurdas) y la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) no han reconocido ninguna rendición formal, y advierten que la lucha por la autodeterminación del pueblo kurdo sigue vigente.

El Consejo Democrático Sirio, por su parte, declaró que no hay solución al conflicto sin reconocimiento del pueblo kurdo como sujeto político, cultural y territorial.

¿Una nueva página… o el viejo guion de represión nacionalista?

La declaración de Erdoğan puede marcar un punto de inflexión en el relato oficial turco, pero no implica el fin del conflicto, ni resuelve las demandas históricas del pueblo kurdo. Más bien, plantea el riesgo de una etapa de consolidación autoritaria y persecución interna, bajo la excusa de una “victoria total”.

El conflicto kurdo, como tantos otros en el mundo, no se resuelve con balas ni rendiciones forzadas. Solo será superado con autodeterminación, justicia histórica y reconocimiento pleno de los derechos colectivos.

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