A un año de haber reconocido oficialmente a Palestina, junto con Irlanda y Noruega (mayo de 2024), España consolida su arrepentimiento y busca instalarse como referente europeo al abogar por una paz justa e inmediata en Gaza, presionando para que Israel cese el genocidio, termine con el bloqueo humanitario y cumpla sus obligaciones internacionales .
Por Equipo El Despertar
En un claro giro en su política exterior y tratando de deshacerse de sus actitud cómplice con el genocidio sionista, España intentar rectificar ante la Oficina de la ONU en Nueva York. El país ibérico planea promover formalmente el reconocimiento pleno del Estado palestino en el marco de la Conferencia Internacional de Alto Nivel sobre la solución de los dos Estados, que se realizará entre el 28 y 29 de julio en Naciones Unidas.
A un año de haber reconocido oficialmente a Palestina, junto con Irlanda y Noruega (mayo de 2024), España consolida su arrepentimiento y busca instalarse como referente europeo al abogar por una paz justa e inmediata en Gaza, presionando para que Israel cese el genocidio, termine con el bloqueo humanitario y cumpla sus obligaciones internacionales .
¿Qué impulsa España en Nueva York? Apoyo al reconocimiento pleno de Palestina en la ONU, como paso esencial hacia un Estado soberano junto a Israel; cocreación del marco Madrid+, que reúne a más de 90 países para consolidar la solución biestatal y articular sanciones o presiones diplomáticas ante violaciones persistentes del derecho internacional; y presentación de iniciativas para que la Corte Internacional de Justicia intervenga sobre el bloqueo israelí a Gaza, denunciado por contribuir a una hambruna como arma de guerra.
España emerge entonces, como voz disidente frente al silencio de grandes potencias como Estados Unidos y Reino Unido, que siguen resistiéndose al reconocimiento unilateral del Estado palestino al margen de negociaciones que no han logrado avances reales. La postura se enmarca en un momentum internacional favorable: Francia, con la misma hipocresía, también confirmó su intención de reconocer oficialmente a Palestina durante la Asamblea General de la ONU en septiembre, convirtiéndose en la primera nación del G7 en hacerlo.
Ahora bien, este impulso español representa una ruptura frente al pacto imperial que protege y legitima las violaciones israelíes, alineándose con países del Sur Global y con movimientos de solidaridad internacional. El reconocimiento formal no es solo un símbolo diplomático: es una herramienta de presión política estructural que quiebra la impunidad del Estado ocupante. De la misma maner, promover sanciones económicas y diplomáticas efectivas, como el embargo de armas y la suspensión de acuerdos de asociación UE-Israel, es clave para hacer valer el derecho internacional.
La decisión de España de impulsar el reconocimiento pleno del Estado de Palestina, si bien tardía y despojada de medidas concretas aun, es una señal clara: un país del centro del capitalismo europeo puede romper con la complicidad moral e institucional. Ya no basta condenar desde la tribuna: se requiere intervenir decididamente en los marcos internacionales, exigiendo justicia, solidaridad y soberanía.
En medio de una crisis humanitaria en Gaza que ya ha cobrado decenas de miles de vidas, esta postura es más que diplomacia: es una apuesta por la reparación histórica, por la descolonización política y por una paz que se construya desde abajo y para ambos pueblos.