Sáb. Ago 2nd, 2025

Trump 2.0 y el mercado laboral: desempleo masivo como arma del capital

Ago 1, 2025

El mercado laboral estadounidense atraviesa una crisis profunda bajo el segundo gobierno de Donald Trump. Según cifras recientes el desempleo supera el 7,8%, su nivel más alto desde la pandemia; más de 10 millones de personas están sin trabajo o en empleos de tiempo parcial involuntario; el ingreso real medio ha caído un 3,5% interanual, debido al repunte inflacionario y la eliminación de subsidios estatales, las industrias más afectadas son manufactura, servicios, tecnología y logística.

Para el Departamento de Trabajo, se trata de un “ajuste temporal”. Para Wall Street, es una “corrección necesaria”. Para la clase obrera, es una catástrofe programada.

Trump ha combinado: Reducción de impuestos a las grandes corporaciones; Desregulación de mercados laborales, Ataques sistemáticos a sindicatos y protecciones laborales; Discurso “patriótico” para justificar despidos, aranceles y guerras comerciales.

Todo esto en nombre de la “grandeza americana”, pero con un efecto real: disciplinar a la clase trabajadora, debilitar su organización y reducir el salario real.

Como en todo régimen burgués autoritario, el enemigo se presenta como externo (China, migrantes, socialismo), pero la guerra es interna: contra los trabajadores.

El desempleo masivo no es un error. Es parte del sistema. Marx lo llamó “el ejército industrial de reserva”: una masa de trabajadores desocupados o precarizados, que sirve para bajar salarios y debilitar la lucha obrera.

Hoy, Trump actualiza ese mecanismo con expulsión de migrantes, fragmentación racial del proletariado, Militarización de las calles; y un discurso nacionalista que canaliza la frustración hacia enemigos ficticios, mientras los capitalistas reparten dividendos récord.

Es el clásico guion del fascismo postmoderno: Crear caos económico, culpar a los pobres, y fortalecer el poder del capital.

Los sindicatos mayoritarios en EE.UU. (como AFL-CIO) han sido cómplices pasivos o derrotados estructuralmente. El retroceso histórico del sindicalismo combativo ha dejado el campo libre para que las grandes empresas impongan contratos basura, Amazon, Tesla, Walmart y otras corporaciones se expandan sin regulación ni negociación colectiva, se criminalice la organización laboral con leyes estatales, y la izquierda quede atrapada en el campo electoral demócrata, sin capacidad real de lucha económica.

La debacle laboral en EE.UU. no es un accidente, es un instrumento. Sirve para aumentar la tasa de ganancia, imponer disciplina a la fuerza de trabajo, reforzar el Estado penal y reducir el Estado social; y evitar cualquier forma de organización autónoma de la clase trabajadora.

Frente a eso, la única respuesta posible es política y revolucionaria: Reconstrucción de sindicatos de base combativos, unidad multirracial e internacionalista del proletariado, lucha directa contra el capital y su Estado; y superación de la falsa dicotomía Trump–Demócratas mediante un proyecto de clase anticapitalista.

Como dijo Lenin: “Mientras haya capitalismo, habrá desempleo. Y mientras haya desempleo, habrá sumisión.”

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