Dom. Ago 3rd, 2025

Cuando la centroderecha intenta reinventarse… pero tropieza con su pasado

Ago 2, 2025
FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE / AGENCIAUNO

La estrategia se enfoca en la gestión del orden, la seguridad y la gobernabilidad, temas que su equipo, liderado por el historiador liberal Juan Luis Ossa, imagina como bisagra con sectores independientes. Sin embargo, el problema no es solo retórica: sin base social y sin asumir rupturas programáticas, se convierte en marketing sin pragmatismo real.

Por Equipo El Despertar

Evelyn Matthei no se baja de la contienda presidencial. En medio de rumores internos que advierten sobre su posible retirada tras el nerviosismo de algunos dirigentes de Chile Vamos, su comando ha lanzado una apuesta audaz: reposicionar su candidatura como la voz de una centroderecha democrática, moderada y dialogante, inspirada en la experiencia alemana de la Unión Demócrata Cristiana (CDU). Esto incluye gira internacional, reuniones estratégicas y simbolismos como el Muro de Berlín.

Esta maniobra no encierra innovación, sino un intento desesperado por enmascarar fragmentación y debilidad programática. No hace mucho, Matthei cuestionó a José Antonio Kast y el Partido Republicano por una campaña de desinformación de tinte autoritario, denunciando incluso videos alterados con alusiones a su salud mental. Pero ese señalamiento moral fue seguido por una retirada mediática parcial de la querella por presión interna.

¿Pero Existe de verdad una derecha democrática? Matthei apunta a distanciarse del autoritarismo y el discurso visceral del Partido Republicano, proponiendo un liderazgo más “continental”. Pero el desafío real es si su sector puede renunciar a su pasado conservador y antiderechos, y si Matthei misma puede encarnar un perfil liberal sin contradicciones.

La estrategia se enfoca en la gestión del orden, la seguridad y la gobernabilidad, temas que su equipo, liderado por el historiador liberal Juan Luis Ossa, imagina como bisagra con sectores independientes. Sin embargo, el problema no es solo retórica: sin base social y sin asumir rupturas programáticas, se convierte en marketing sin pragmatismo real.

Mientras RN ratifica su apoyo y Matthei convoca a una campaña “amistosa y empática”, figuras como Carlos Larraín ya anuncian su voto por Kast. Dentro de RN, se plantea que si Kast va mejor en las encuestas, él debería encabezar el bloque.

Reinventar la derecha en campaña no borra discursos pasados: las declaraciones polémicas sobre la dictadura y los derechos humanos recuerdan la desigualdad de tipo y la cercanía ideológica a viejos mandatos autoritarios. Hacer de ese pasado un símbolo de “valentía” contradice el mensaje de reconciliación democrática que pretende transmitir. ([turn0search19][turn0search8][turn0search3])

Matthei insiste en señalar que su candidatura representa a una derecha dialogante y moderna, capaz de gobernar con acuerdos a largo plazo. Sin embargo, esta narrativa choca con la fragmentación interna, su debilidad en las encuestas y la falta de contenido real para una rearticulación ideológica profunda.

El verdadero desafío está en articular una oposición no reactiva, sino propositiva, con estructura ideológica clara y base real en los territorios y movimientos populares. Una derecha a la alemana no se reconstruye en campaña: se construye con pacto político, cultura política democrática y ruptura con la lógica del rechazo sistémico.

Esta campaña no es solo electoral: es el último acto de una coalición que se rehúsa a reinventarse. Un intento de emergencia para salvar una candidatura en declive, sin más fuerza que la del marketing político internacional.

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