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Seis muertos en El Teniente: el precio en sangre de la subcontratación en Codelco

Ago 3, 2025
Foto Minería en Linea

Los seis trabajadores muertos no eran empleados directos de Codelco. Eran subcontratistas. Es decir: obreros de segunda categoría que, pese a operar en condiciones de altísimo riesgo, no gozan del mismo amparo sindical, previsional ni técnico que los de planta.

Por: Equipo El Despertar

El Sindicato N°1 de Chuquicamata, uno de los más combativos del país, acusó este fin de semana a Codelco de actuar con “negligencia criminal”, tras la muerte de seis trabajadores en la División El Teniente. Todos ellos, empleados por empresas contratistas. La denuncia apunta al uso de “protocolos de seguridad de papel” y a una “estructura productiva basada en la precarización laboral como norma”.

Esto se suma a los antecedentes revelados por la CUT y las fiscalizaciones posteriores al derrumbe ocurrido el 30 de julio, pero ahora con una voz clara del mundo sindical minero que rompe con el silencio funcional de otras dirigencias acomodadas. El mensaje es nítido: Codelco está matando trabajadores para cumplir metas productivas.

Los seis trabajadores muertos no eran empleados directos de Codelco. Eran subcontratistas. Es decir: obreros de segunda categoría que, pese a operar en condiciones de altísimo riesgo, no gozan del mismo amparo sindical, previsional ni técnico que los de planta.

Desde 2007, cuando se firmó la famosa “ley de subcontratación”, Codelco ha profundizado este esquema: Terceriza labores críticas: ventilación, explosivos, perforación; Elude responsabilidades legales cuando hay accidentes; Externaliza el costo humano para proteger su rentabilidad; y Divide al movimiento sindical entre “los de adentro” y “los de afuera”.

Esto no es un defecto del sistema. Es su diseño. Como denuncian los sindicatos de base: A Codelco le conviene que mueran subcontratados. Son reemplazables, desorganizados y sin fuero.

La denuncia del Sindicato N°1 de Chuquicamata incluye un dato clave: los turnos estaban acelerados, los descansos omitidos, y los procedimientos de seguridad eran ignorados o falsificados. ¿Por qué? Porque El Teniente debía cumplir una meta de producción histórica este segundo semestre; Porque Codelco necesita cerrar el año con cifras positivas tras el desplome de sus excedentes en 2024; Porque Hacienda y los mercados castigan cualquier retraso.

La vida de los trabajadores fue subordinada a la curva de productividad. Y cuando el cerro colapsó, colapsó también la narrativa de Codelco como “orgullo nacional”. El caso El Teniente demuestra que el carácter estatal de Codelco no la exime de operar con lógica de clase capitalista. Una empresa es pública cuando: Sus decisiones las toman sus trabajadores y el pueblo, Su excedente se invierte en salud, educación, vivienda, y su organización prioriza la vida y la dignidad, no la rentabilidad.

Nada de eso ocurre hoy. En la práctica: Codelco está dirigida por gerentes nombrados por gobiernos serviles al capital; Responde al Ministerio de Hacienda, no al pueblo; Y opera como cualquier transnacional extractivista… solo que con bandera chilena.

Seis obreros muertos en menos de una semana. Todos subcontratados. Todos pobres. Todos enterrados por una montaña convertida en fuente de plusvalía. El sindicato de Chuquicamata lo ha dicho claro: Esto no es un accidente. Es el resultado del modelo.

Y mientras no se revierta la subcontratación, mientras no haya control obrero sobre la producción y mientras Codelco funcione como una empresa capitalista, las faenas seguirán cobrando sangre.

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