El debate fue intensamente dividido. Mientras figuras como los senadores Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste, y el diputado Eric Aedo, defendían que apoyar a Jara era clave para la supervivencia del partido, tratando de esconder el miedo a perder sus propios escaños, sectores históricos como Andrés Zaldívar, Carmen Frei y Carolina Goic rechazaron la opción como una traición al legado democratacristiano.
Por Equipo El Despertar
En una jornada decisiva, la Junta Nacional de la Democracia Cristiana aprobó con un 63 % de los votos respaldar la candidatura presidencial de Jeannette Jara (PC) y sellar una lista parlamentaria única junto a los partidos de la coalición oficialista (Unidad por Chile). Paralelamente, la colectividad acordó integrarse al pacto parlamentario del oficialismo en votación aún más contundente (219 votos a favor versus 29 en contra).
La decisión gatilló la renuncia del presidente de la DC, Alberto Undurraga, quien calificó el respaldo como “un error” que “abandona al electorado propio” y aleja al partido de su identidad centrista, mientras el senador Huenchumilla explico la decisión con una afirmación que no cayo nada de bien en el PC: Hoy El comunismo se volvió capitalista”.
El debate fue intensamente dividido. Mientras figuras como los senadores Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste, y el diputado Eric Aedo, defendían que apoyar a Jara era clave para la supervivencia del partido, tratando de esconder el miedo a perder sus propios escaños, sectores históricos como Andrés Zaldívar, Carmen Frei y Carolina Goic rechazaron la opción como una traición al legado democratacristiano.
Esta decisión marca una aceleración en la cristalización del bloque progresista, ya que según afirman algunos incumbentes, integrarse al comando y conformar lista parlamentaria oficialista fortalece la posibilidad de reconstruir hegemonía frente a la derecha, y al mismo tiempo, plantea una pregunta nodal: ¿cuánto de su identidad histórica sacrificará la DC por su continuidad institucional?
La decisión resignifica a la DC como auxiliar electoral, ya no como actor independiente del centro, mientras cristaliza una coalición donde el PC y el PS tienen más influencia. Para la izquierda institucional, la alianza es estratégica, pero pone en discusión las ambiciones transformadoras propias.
La decisión de la DC, sin dudas, refuerza la candidatura de Jeannette Jara y fortalece la propuesta oficialista frente a la derecha y sus amenazas, además de convertirse en la plataforma electoral mas solida desde la transición. Sin embargo, la alianza también evidencia el fin del centro progresista autónomo como actor con propuestas propias, consolidando un bloque electoral sin disidencias centrales.
En tiempos donde la fragmentación electoral amenaza con legitimaciones individuales, la DC decidió alinearse para no desaparecer. Queda por ver si este gesto se convierte en un punto de partida para transformaciones sociales verdaderas o en un pacto electoral de corto plazo sin contenido programático propio.