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Matthei recurre al viejo discurso del “orden” mientras relativiza el Golpe de Estado

Jul 4, 2025

Temuco, 4 de julio de 2025 — Equipo El Despertar

En el marco de su gira presidencial por la Región de La Araucanía, la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, intentó desmarcarse de las recientes declaraciones del diputado Johannes Kaiser, quien aseguró que, en condiciones similares a las de 1973, apoyaría sin dudar un nuevo golpe de Estado en Chile. Matthei respondió escuetamente: “Es que no van a haber [condiciones]. No van a haber, porque Chile, los chilenos, son muy inteligentes”.

Sin embargo, las palabras de la exalcaldesa no bastan para borrar su historial de justificaciones y relativizaciones del Golpe de Estado de 1973, ni su participación histórica en un proyecto político que nació precisamente de la represión contra el movimiento popular y obrero chileno.

“Lo que necesitamos es orden, progreso y esperanza”, insistió Matthei, reproduciendo una vez más el clásico mantra de la derecha chilena: ofrecer “esperanza” sobre la base de la obediencia, el crecimiento económico para los grandes empresarios, y la represión para quienes se organizan por transformar el sistema.

Las declaraciones de Matthei se dan pocos meses después de que afirmara públicamente que el Golpe “no tenía otra alternativa” y que era “inevitable que hubiera muertos”. Aunque ha intentado presentarse como defensora de los derechos humanos en su candidatura presidencial, su narrativa borra deliberadamente el carácter de clase del golpe de 1973: un acto deliberado de la burguesía, los grandes empresarios, las Fuerzas Armadas y la oligarquía para aplastar el avance del movimiento obrero y popular organizado en torno al gobierno de la Unidad Popular.

“No es casualidad que Matthei defienda el orden como si fuese sinónimo de democracia”, señala Camila Muñoz, vocera del Comité por la Memoria Popular. “Cuando hablan de orden, hablan del orden del capital, del orden que garantiza que los de arriba sigan mandando y los de abajo sigan obedeciendo”.

La gira de Matthei comenzó con un desayuno junto a representantes de la Sociedad de Fomento Agrícola (SOFO), organización ligada históricamente al latifundio, al despojo territorial mapuche y al respaldo a las políticas de militarización de la región.

En lugar de reconocer la deuda histórica del Estado chileno con los pueblos originarios y con las comunidades campesinas empobrecidas, Matthei optó por reunirse con los defensores del modelo extractivista, mientras promete más seguridad y progreso… para quienes ya lo tienen todo.

“Habla de democracia, pero no menciona ni una sola vez la restitución de tierras, la violencia policial contra las comunidades mapuche o la criminalización de los movimientos sociales”, agrega Muñoz

Matthei insiste en una receta que ya conocemos: crecimiento, trabajo, mejores sueldos. Sin embargo, como ha demostrado la historia reciente de Chile, el crecimiento económico bajo el modelo neoliberal no se traduce en justicia social, sino en concentración de la riqueza, precariedad laboral, y privatización de derechos básicos.

Hablar de “esperanza” sin romper con el modelo que genera miseria, desigualdad y saqueo es simplemente repetir el guion de siempre: administrar la crisis, desmovilizar al pueblo, y garantizar que los dueños del país sigan lucrando con la vida de las y los trabajadores

Matthei no representa una alternativa democrática ni renovadora: representa la continuidad del proyecto neoliberal que nació bajo las botas de la dictadura, que se consolidó en la Concertación, y que hoy intenta reinventarse con rostro amable pero el mismo contenido de clase.

Mientras la derecha se debate entre el golpismo explícito de Kaiser y el golpismo institucional de Matthei, los pueblos de Chile siguen organizándose desde abajo para construir un proyecto realmente emancipador, anticapitalista y popular.

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