La reciente propuesta parlamentaria de eliminar la Unidad de Fomento (UF) como instrumento de reajuste automático en precios, arriendos, créditos y contratos comerciales provocó un enérgico rechazo desde el mundo empresarial y financiero, que calificó la medida como “populista”, “irresponsable” y “peligrosa para la estabilidad macroeconómica”.
La iniciativa —presentada por diputados de sectores progresistas y apoyada por organizaciones de consumidores— busca terminar con el uso obligatorio de la UF en contratos habitacionales, créditos hipotecarios, arriendos y servicios básicos, argumentando que su utilización perjudica a las familias endeudadas y beneficia a los grandes actores financieros.
¿Qué es la UF y por qué genera debate?
La UF (Unidad de Fomento) es una unidad de cuenta reajustable según la inflación, creada en 1967. Aunque se presentó como un instrumento de estabilidad para contratos de largo plazo, en la práctica se ha convertido en un mecanismo de indexación de precios que traslada sistemáticamente el costo de la inflación a los consumidores.
Se utiliza en créditos hipotecarios y arriendos, planes de salud en Isapres, matrículas escolares, servicios profesionales, multas y seguros, y hasta en funerales.
Según cifras de la CMF, más del 80% de los créditos hipotecarios se expresan en UF, mientras los salarios y pensiones siguen anclados en pesos.
El empresariado cierra filas
Desde la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) hasta la Asociación de Bancos, siempre listod s proteger s tasa de ganancia, las reacciones fueron categóricas:
“Eliminar la UF sería desestabilizador para los mercados”, dijo Ricardo Mewes, presidente de la CPC.
“Es una propuesta populista que atenta contra la confianza”, señaló José Manuel Mena, líder del gremio bancario.
“Sin la UF, subirán las tasas de interés”, advirtió un informe de la Asociación de AFP.
Los gremios temen que un cambio en este sistema afecte la rentabilidad de contratos de largo plazo, y amenazan que podría provocar una fuga de inversiones o mayor volatilidad en el mercado financiero.
Visión crítica: ¿herramienta técnica o trampa estructural?
Para organizaciones como ODECU y Conadecus, la UF ha dejado de ser un instrumento técnico y se ha transformado en una herramienta regresiva que encarece la vida de las personas, manteniendo al trabajador en un esquema de deuda crónica, mientras los ingresos reales no se reajustan al mismo ritmo.
“Es una forma elegante de institucionalizar el abuso inflacionario”, dijo Hernán Calderón, presidente de Conadecus.
Además, expertos en justicia tributaria han advertido que la UF favorece a los sectores rentistas, que ganan por diferencia de precios, mientras la mayoría de los consumidores paga sin actualización de ingresos.
Mientras los arriendos, créditos y hasta los colegios se cobran en UF, el 100% de los salarios en Chile se pagan en pesos, lo que ha provocado que el alza acumulada de la UF en los últimos años golpee con fuerza el poder adquisitivo de los hogares.
Solo en 2024, la UF subió más de un 7%, mientras los salarios reales crecieron apenas un 1,8%, según cifras del INE.
Pese a las críticas, los autores del proyecto defienden que la eliminación de la UF no significa abandonar la indexación en todos los contratos, sino poner límites a su uso obligatorio y abrir la posibilidad de negociación en pesos en arriendos, salud y servicios básicos.
El debate recién comienza, pero ya anticipa una disputa entre los intereses financieros y los derechos económicos de la ciudadanía.